Por Henrik Hernandez
He observado que en ocasiones las personas realizan
análisis sobre la esencia del bloqueo norteamericano contra Cuba, incluso, aquellas de noble y buena voluntad. Expresiones de que Cuba “no necesariamente tiene que comprar” un determinado
producto “a EE. UU., lo puede hacer en cualquier otro país” del mundo, “por ejemplo México” o de que “lo único que imposibilita que este producto está patentado en EE. UU. es que este producto no
puede ser patentado dentro de Cuba”, etc.
Ahora me expresaré sobre una frase dicha en el canal de YouTube “Simplemente Viktoria” el 25 de mayo del 2022, el cual he tomado como material de estudio, para producir este artículo (no se trata
de criticar o atacar a Viktoria, sino de ser honesto y poner bajo lupa, sus expresiones con fines didácticos).
Viktoria nos dice: “Eso no significa que México, que tiene un patente de la producción y la distribución, como es un país libre e independiente, que este se lo pueda vender a su propio gobierno,
a sus nacionales, a sus privados, a todas las personas, personas que deseen dentro de México. El gobierno mexicano puede vendérselo al gobierno cubano, sin ningún tipo de problema, porque hasta
donde yo sé, los Estados Unidos Mexicanos, es un país libre e independiente”.
Aquí podemos apreciar una situación, que se puede definir como reduccionismo lógico, que desprecia sea por omisión (que es este caso) o por acción (cuando se actúa con conocimiento de causa, pero
con el objetivo de manipular con fines egoístas) otros factores que influyen e incluso determinan el resultado y pues cuando se parte de premisas falsas, el resultado no es valedero.
La conclusión es de que existe desconocimiento real sobre el contenido y de cómo está estructurado el tinglado jurídico de las políticas anticubanas en los EE. UU. y su extensión impositiva, con
la venia de las élites financieras, empresariales nacionales, al resto del mundo.
No existe comprensión de que los Estados Unidos de Norte América, se transformaron de estado nacional, en estado de claques capitalistas, que responde a los intereses de las élites oligárquicas
mundiales, en todos y cada una de los estados nacionales, lo que significa que detrás del concepto de Imperialismo yanqui (norteamericano) se esconde la esencia del imperialismo moderno, su
intangibilidad y deslocalización geográfica situándose en un orden global.
Esto determina el carácter del bloqueo yanqui contra Cuba en estos momentos y nos da la clave para comprender, la contradicción, entre la voluntad política expresada en las votaciones de la ONU
contra el bloqueo por parte de gobiernos nacionales y la aplicación práctica extraterritorialmente de leyes anticubanas de EE. UU. en violación de las soberanías nacionales y estatales de otros
países, por parte de empresas e instituciones en esos países.
La independencia y soberanía nacional queda relegada, ante los intereses de las élites económicas. Cuba se constituye en un freno, para la expansión intangible del Imperio. He ahí, la causa de la
"internacionalización" del bloqueo contra nuestra patria y de la acción de las agencias de inteligencia enemigos y sus agentes de influencia para incidir en el espíritu de resistencia de nuestro
pueblo, para destruir internamente a la Revolución, única garante para el desarrollo y el bienestar del pueblo cubano, de la soberanía e independencia nacional.
Es necesario comprender e interpretar, correctamente, la situación política y geopolítica del mundo actual, con el único fin de desmontar el reduccionismo lógico en relación con el bloqueo
económico, comercial, financiero, político y diplomático contra nuestra patria.
Me agrado mucho que Viktoria en su canal, defendiera la idea de que Cuba no necesita de show mediático alrededor de la incongruente figura de Carlos Lazos, ni sus cacareados puentes de amor, para
poder solucionar situaciones y burlar el cerco imperial sobre nuestra patria.
Bravo y valientemente expresado, pues a pesar de la globalización e internacionalización del capital y el bloqueo, existen contradicciones entre diferentes grupos monopolistas y oligopolistas
imperialistas, que las autoridades cubanas han sabido utilizar y pueden seguir utilizando para burlar las medidas genocidas anticubanas.
El otro reduccionismo lógico que vemos en relación con el bloqueo, es pretender presentar a los y muy mediáticamente famosos puentes de amor, cuyos únicos golpes efectivos únicamente han servido
para mellar los principios de la Revolución Cubana, creando una expectativa falsa de que el imperialismo desmontará el bloqueo ladrillo a ladrillo, sobre la premisa de la congruencia entre
revolución y contrarrevolución, un mundo, falazmente desideologizado, donde imperara el principio de que el león yacerá junto a los herbívoros por los siglos de los siglos, principio muy bello de
amor absoluto, que sólo puede existir en el mundo espiritual, pero nunca en el mundo físico, al menos hasta que no se construya una sociedad comunista, e incluso dudo que tenga lugar allí de
forma absoluta.
Considero que puentes de amor, en su modo actual, no representa, ni defiende, los intereses del pueblo cubano, sino más bien encarna las conveniencias sectoriales de la alianza entre la
contrarrevolución (interna y externa) con la anti revolución, que ansían restablecer el imperio del capital sobre nuestra patria, para convertirla en apéndice periférico neocolonial del sistema
capitalista.
La contrarrevolución y la antirrevolución albergan la esperanza de poder incorporarse a las elites periféricas (pero élites de todas maneras) del Imperialismo, pero debido a su miopía política y
el reduccionismo lógico, la antirrevolución, no es capaz de comprender que junto a la desaparición de la estadidad cubana, sería desplazada por eutanasia de la realidad política y
económica.
Y como dijo el H. G. Wells en su magnífica obra “La guerra de los mundos” - “de qué se asombran, estaban
advertidos”.
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