Bajo Lupa 27

Un espacio, para ver lo que no quieren que veas en la propaganda

En esta ocasión: Henriette Faver Caven – un caso de lobby artístico
Por Henrik Hernandez

Estimado amigo lector, hoy voy a escribir un tema muy interesante, pero antes de entrar al mismo deseo destacar, que no es mi objetivo relatar la vida de Henrietta Faver Caven, la cual ha pasado a la historia de la medicina como Enrique Favez. Debo aclarar que fue una mujer muy excepcional, valiente, inteligente, sagaz y para muchos un ídolo de la transexualidad en una época de intransigencia e intolerancia absolutista en este sentido.


En un futuro no muy lejano escribiré un trabajo de arqueología digital inspirado por la foto que me hizo llegar mi buen amigo y hermano Carlos Moreno Castillo. Pero eso será en otra oportunidad.


Tampoco tengo el objetivo de entrar en un debate sobre sexualidad y valoraciones ni a favor ni en contra de la transexualidad y la diversidad de la situación transexual. Tocaré ese tópico en el trabajo que he dicho arriba.

Para mí lo importante es dar a conocer en esta sección de Bajo Lupa, mi apreciación sobre lo que no quieren que veas en la propaganda. 


Sobre Henrietta Faver Caven desde hace mucho se ha escrito e investigado, en varios países, incluso hay referencias que datan del 1965, lo cual hemos podido constatar, de una forma u otra su figura ha sido estudiada, pero en la actualidad existe un florecimiento basado en rendirle honores a su figura como se le merece, pero existe un pero.


Ese pero, es precisamente en el ámbito propagandístico al cual los cubanos debemos prestar atención, pues al parecer se quiere emplear métodos de lobby con raíces en el extranjero para influenciar tanto en la apreciación mental de la ciudadanía cubana, como en la toma de decisiones políticas y jurídicas de nuestra nación utilizando las manifestaciones artísticas conjugadas y basadas con las investigaciones históricas y de otra índole.


Henrietta Faver Caven es natural de Suiza, un estado muy singular en el mundo con gran prestigio internacional, que no es miembro de las Naciones Unidas, neutral y que no sufrió el rigor de las guerras durante varios siglos  y no participó en las guerras mundiales. La relaciones de Cuba con ese país son amistosas.


Suiza ha estado en la vanguardia del reconocimiento de la transexualidad y el derecho civiles de esas personas incluida el registro legal de la “camaderia sexual”, lo cual nos quieren vender como matrimonio entre personas del mismo sexo biológico.


Cuba por otro lado aplazó el reconocimiento constitucional en el artículo sobre la familia y expreso su voluntad de discutir la situación en una nueva ley sobre la familia.

 

Al parecer los suizos ha hecho suya la causa de la transexualidad cubana y a través de su embajada y la Agencia de Cooperación Internacional – COSUDE, han tenido la iniciativa y financiar proyectos culturales, para “destacar los lazos de Amistad entre los pueblos de ambos países”. Todo es magnífico y en lo personal no me opongo, pues no hay nada más noble que la amistad entre las naciones, pero me opongo a que un tercer país utilice una especie de lobby cultural artístico para influenciar directamente en la política cubana. Mi apreciación es que estamos en presencia de una intervención suave y velada.

 

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Figura/foto de Carlos Moreno Castillo ©  

 

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